Profesional sanitario y desarrollador de tecnología ¿Un matrimonio necesario en la eSalud?

Existe a veces la duda en la eSalud sobre qué papel debe jugar tanto el profesional sanitario y el ingeniero o desarrollador de la tecnología en la creación de nuevas herramientas aplicables a la salud en la era TIC. Estamos hablando conformar el binomio entre profesional sanitario sanitario e ingeniero/desarrollador de tecnología. ¿Existe un modelo de éxito a seguir? ¿Quién debe ser la cabeza pensante? 

En plena vorágine de proyectos, dispositivos, tecnología, nuevas herramientas y nuevos canales, por citar algunos, se habla mucho de lo que funciona y lo que no funciona, y se ofrecen diferentes opiniones del papel que debe jugar cada actor de la eSalud en la creación y desarrollo de cada nueva herramienta o dispositivo (por ejemplo, un sistema de gestión, un wearable o una App). Apps, por ejemplo, que no cuenten con profesionales sanitarios o herramientas diseñadas de cabo a rabo por médicos donde el desarrollador solo ejecute el proyecto, por citar algunos... Pero entonces ¿Qué es lo ideal?


Por una parte se piensa que debe ser el profesional sanitario el que marque las pautas, idee y supervise todo el proceso, pero no todo el mundo está de acuerdo con este proceder. Entonces ¿Debe ser el desarrollador de tecnología el que se encargue de diseñar el proyecto para que sea viable desde el punto de vista tecnológico con los consejos de un sanitario? ¿Se puede hacer una App, dispositivo o sistema de gestión que funcione y sea útil en un sistema sanitario sin la participación de un sanitario? ¿Cómo conseguir que aúnen sus fuerzas con una conexión perfecta?

Las respuestas a si prevalece más una figura u otra son complejas. Sin embargo, cada vez existe más práctica y experiencia aunque todavía la mayoría de los proyectos están o bien en pruebas o en su fase inicial, o en una fase temprana con una tecnologia que avanza muy rápido y que no deja respirar un proyecto para ya sumergirse en otro a los mismos creadores de las ideas. 

Opiniones de expertos

El experto en telemedicina Alfredo Alday explica en uno de sus artículos que la eSalud es más que una intervención tecnológica y afirma apoyándose en un estudio de Nicol Nijland que "el diseño de las aplicaciones debe incluir una reflexión sobre el modelo de prestación asistencial con la ayuda de la tecnología"

Por su parte, el dermatólogo Segio Vañó, ideólogo y creador de Apps como Dermomap y FotoSkin, cree que  "médicos y desarrolladores deben estar coordinados para aunar el rigor científico con la usablidad y el diseño", pero recalca que "uno de los criterios más importantes para evaluar hoy en día la fiabilidad medica de una App es analizar el equipo médico que esta detrás".

La enfermera Mónica Ventoso, explicó hace unas semanas en este blog que existen ciertos profesionales que parece que no hacen del todo bien esa fusión entre sanidad y TIC, por lo que afirmó que "de nada sirve desarrollar TIC sin que de la mano te lleve un sanitario, y de nada sirve idear soluciones sin un experto TIC que las desarrolle".

José Miguel Cacho, consultor de eHealth, tiene claro el papel que deben jugar cada uno de ellos. "Es imprescindible la colaboración entre ellos a lo largo de todo el proyecto y de forma continua". Para Cacho, entre ambos aportan "la visión tecnológica y  la utilidad para el paciente", explica.

Según Cacho, el tecnólogo "debe ser quien articule la solución desde el punto de vista técnico, de usabilidad, rendimiento, coste y complejidad", mientras que el profesional sanitario debe "orientar la finalidad de la tecnología, qué valor debe aportar o qué problema va a solucionar". Cada uno con su rol diferenciado. 

Proceso secuencial

En primer lugar, está claro que lo más importante es tener en cuenta si en lo que se está trabajando realmente cumplirá el objetivo de servirle a los pacientes o a los profesionales sanitarios. Es decir, si responderá en primer término a sus necesidades, y en segundo, a sus capacidades para usar algo que sea accesible y usable, y que no tenga barreras tecnológicas. 

En segundo lugar, parece también claro que el profesional sanitario es la persona más adecuada para canalizar esas necesidades de los pacientes y transportarlas a los expertos en desarrollar tecnología, pero no hay que olvidar, como tercer punto a destacar, que los ingenieros, desarrolladores y expertos en desarrollar sistemas tecnológicos son los más capacitados para llevar a cabo el desarrollo del proyecto, con la monotorización y el testeo del profesional sanitario. ¿O no debería ser así? La respuesta científica todavía no existe, pero sí la lógica, y es afirmativa. 

¿Sería esto una secuencia lógica? ¿Qué opináis? ¿No estáis de acuerdo? ¿Qué otro proceso proponéis?