De la telemedicina latente a la patente: la fase de tangibilización

Cuando hablamos de tangibilización de la eSalud, un término al que ya nos hemos referido alguna que otra vez en este blog, hablamos de ese proceso en el que un usuario/paciente/profesional sanitario/persona comprueba que la eSalud es algo que le beneficia directamente de forma tangible, para incorporarlo a su día a día con el fin de proporcionar una atención de mejor calidad y más personalizada. Soluciones para que problemas del día a día dejen de serlo. Mientras antes empecemos a definirlas, más pronto se implantarán.

A pesar de que el debate de la eSalud y su impacto en los usuarios va en crecimiento, y que existe un alto número de proyectos que están luchando por ser tangibles y que cada día interesan más a la sociedad en general, la realidad es que todavía hay muchos otros a los que les cuesta demostrar que son realmente útiles en el día a día a los actores de la eSalud y que no se quedan en la novedad inicial por diferentes barreras. 

Precisamente por esto, en este contexto, la eSalud sigue necesitando más casos de éxito, proyectos tangibles, avalados por números y datos, que se perciban como realidad que mejoran la calidad en la atención de los pacientes, y no solo conclusiones teóricas, sino también casos prácticos aplicados a la realidad diaria, que sigan indicando el camino hacia dónde dirigirse con más claridad. 



Telemedicina contra el Parkinson

La telemedicina está siendo uno de los campos que más está tejiendo una red de proyectos capaces de llegar al paciente y ofrecerle una respuesta más personalizada y más adecuada a sus necesidades. Actualmente,  no solo existe esa telemedicina patente, que se ve, que se realiza, que se percibe y que todos los actores de la eSalud pueden conocer en cualquier canal online o incluso offline. 

Existe una telemedicina latente, en la que se está trabajando desde hace años en materia TIC, y que empieza a dar sus frutos aplicándose a casos reales en pequeña escala, y que se espera que los próximos años marque la mejora en los procesos de tratamiento de muchos pacientes y que puede atacar diferentes enfermedades, una por una, para llevar una mejora a cada campo del que se ocupa. Algunas organizaciones empiezan a ofrecer los resultados de proyectos que empezaron hace años y que van más allá de lo que se está haciendo hasta ahora y sus beneficios teóricos generales, sino que pretenden demostrarlo con resultados concretos. Hemos visto varias iniciativas en este campo en los últimos años, que avalan la necesidad de demostrar lo que sirve, y por tanto, validarlo, basándose en datos que lo avalen.

Experiencia  inicial 

Esta semana se han presentado las conclusiones de REMPARK, un proyecto europeo de telemedicina que está coordinado por la Universitat Politècnica de Catalunya (UPC)  y en el que participan el Hospital Quirón Teknon, Telefónica, la Asociación Europea de la Enfermedad de Parkinson (EPDA), así como varios centros de investigación y empresas de Alemania, Portugal, Italia, Israel, Irlanda y Suecia. 

Este proyecto ha contado con la participación de 50 pacientes con Parkinson de España, Italia, Irlanda e Israel que han colaborado con él desde su propia casa. Un número relativamente pequeño, pero que es un inicio.  Gracias a esta colaboración de múltiples instituciones y actores implicados trabajando globalmente se han obtenido unos resultados preliminares buenos, según los propios impulsores del proyecto, entre los que destacan: 
  1. Aumentar la independencia de los pacientes aumentando su autogestión y dotándolo de herramientas que le ayuden a controlar las fluctuaciones de su enfermedad.
  2. Mejorar la gestión de la enfermedad, el tratamiento y la rehabilitación de los pacientes, evitando aspectos como ingresos.
  3. Poder gestionar cualquier cambio que experimente el paciente en tiempo real.

En definitiva, si se incorporara este sistema como herramienta de diagnóstico y seguimiento de la enfermedad, contribuirá a mejorar el sistema sanitario, proporcionando una atención de mayor calidad y más personalizada a los pacientes de Parkinson, y haciendo un uso más sostenible de los recursos utilizados. Sería algo revolucionario para muchos pacientes. Por tanto, ¿no es esto una ventaja clara de lo que puede aportar la tecnología aplicada a la salud a un sistema sanitario empoderado por la tecnología?  

Ahora quedan otras barreras para este tipo de proyectos, como conseguir una certificación o realizar un piloto más masivo, pero se está mucho más cerca de probar como funciona en un número más amplio con el que se pueda conseguir una validación y una experiencia real fuera del proyecto. Para ello, no solo hay que implantar una solución como esta, sino que hay que darle la coyuntura que necesita y facilitar la entrada a más pacientes y más profesionales sanitarios que lo puedan validad y decidir si realmente les sirve o no.


Tras esta experiencia, llena de buenas vibraciones, podemos pensar (y fantasear) que si se realizara un proyecto de telemedicina aplicable a un grupo más amplio de dolencias o patologías durante un tiempo determinado aportando datos que validen sus aportaciones ¿No se estaría dando un paso adelante gigante de cara a un futuro inmediato? 

Toda la inversión que se está haciendo en I+D en la eSalud es la fase previa para llevar soluciones al mercado que beneficien a todos los actores del sistema sanitario, y a la que vez, lo validen y le den continuidad a esa fase previa en lo que sea una fase inicial de los proyectos que vendrán en el futuro. ¿La fase de tangibilización está cada vez más cerca?